En las sombras de las páginas del libro «Billion Wicked Thoughts», un grupo de ingenieros de la gigantesca empresa Google, se adentraron en los abismos de lo desconocido, buscando respuestas a preguntas insondables sobre el tipo de búsquedas pornográficas que las personas realizan en internet.
De forma inesperada, se encontraron ante una bifurcación: un camino llevaba a las preferencias de los hombres, fascinados por las imágenes, mientras el otro llevaba a las mujeres, cautivas de las historias eróticas.
La línea divisoria entre hombres y mujeres se mostró con una claridad perturbadora. El enigma continuó desenredándose, conduciéndonos a la pregunta más intrigante:
¿Qué historias eróticas cautivan a las mujeres y por qué?
Parece que a las mujeres no les atrae tanto la apariencia física de los hombres, sino lo que estos representan. No es simplemente su rostro, sino su estatus, su poder, lo q ue les rodea de un aura de fascinación. Este no es un debate a la luz del día, es un hecho enterrado en nuestra biología, algo que se puede percibir incluso en la observación de nuestros parientes más cercanos en el reino animal.
En este libro, envuelto en la bruma de lo desconocido, los sabios descubrieron y clasif icaron cinco grupos de historias que parecían atraer a las mujeres.
Grupos que parecían esconder secretos obvios y llenos de ejemplos:
1. Piratas, como los de «Piratas del Caribe».
2. Vampiros, como en «Crónicas Vampíricas». 3. Licántropos, como en «Teen Wolf».
4. Millonarios, como en «50 sombras de Grey». 5. Cirujanos, como en «Anatomía de Grey».
Cada grupo, aunque único en su esencia, revela una misteriosa constante: un alto esta tus y una palpable sensación de poder.
Una de las historias que mejor representa este patrón es «La bella y la bestia». Un cue nto donde una doncella se enfrenta a una criatura temible, demostrando no solo su bondad y lealtad, sino también un valor inquebrantable que atrae a la bestia.
Parece que el arquetipo femenino está envuelto en la enigmática idea de civilizar a un hombre monstruoso. En medio de este proceso, la inocente protagonista empieza a enamorarse de esta transformación, casi mágica.
Nuestra protagonista se adentra en las sombras de la bestia, un lugar de caos y peligro,donde encuentra un objeto precioso, una rosa resguardada con fiereza.
Una rosa que muestra la bondad del monstruo enterrada en los más profundo de su Ser.
Resulta asombroso cómo este patrón psicológico, que se halla no solo en la literatura y en las películas, parece ser confirmado por los datos recogidos por Google. Algo que todos percibimos pero que permanece oculto a la razón, como si fuera un misterio e scondido a plena vista.
¿Cúal es tu monstruo favorito?
Atrévete a dudar.