La Biblia, ese viejo libro de páginas amarillentas y letras desgastadas, ha resistido el paso del tiempo mejor que cualquier civilización. Es un enigma que despierta nuestra curiosidad, como un viejo mapa del tesoro que promete revelar secretos ocultos.

¿Qhay en algo que puedes eliminar con un mechero, pero que, hagas lo que hagas, no puedes borrar de la historia?
¿Qmisterios encierra que han moldeado la sociedad en la que vives, estableciendo pilares como “todos somos iguales ante la ley” (todos somos iguales ante Dios)?

Desde una perspectiva psicológica y filosófica, la Biblia es un compendio de ideas que han estado presentes durante un tiempo inmemorial. Ideas que regulan los instintos má s básicos de nuestra existencia, que han causado millones de muertes a lo largo de la historia, pero que también han salvado a otros tantos millones.

Este documento, curiosamente, ofrece las dos caras de la humanidad. La esclavitud y la libertad, el bien y el mal, Caı́n y Abel, Jesucristo y Satanás. Son ideas que no son triviales, por muy ateo que te declares. Cuando la gente quiere mostrar seriedad o preocupación en sus palabras, recurre a términos religiosos.

Si pasas por un ruptura, SIENTES que te encuentras en el infierno. Por el otro lado si de repente encuentras ese amor SIENTES algo al estilo Shakespeare:

Si por darte un beso, fuera al infierno lo harı́a.
De esta manera podrı́a presumir con los demonios que vi el cielo sin pisarlo.

William shakespeare


Si estás enamorado vuelve a leer la cita, lo que SIENTES al leerlo es un fenomeno religioso, no racional.

La Biblia, en su esencia, es un fenómeno religioso, no racional. No puedes explicarlo y escapa a cualquier lógica. Pero,
¿no es eso lo que hace a la vida tan fascinante? La capacidad de las ideas expuestas en la Biblia de mantenerse generaciones tras generaciones es un testimonio de su poder y relevancia.

El coaching o las terapias son manifestaciones de la doctrina cristiana. Un psicólogo, al igual que un cura durante el acto de la confesión, lo único que hace es escuchar. Este acto de escucha, de compartir y aliviar las cargas del alma, es un misterio que llevamos siglos intentando entender.

Estas ideas no son meramente construcciones metafísicas, nos afectan en nuestro dı́a a dı́a. La gran mayorı́a de problemas psicológicos tienen sus raíces en problemas existenciales, problemas que aborda la Biblia, no una pastilla antidepresiva.

Cuando nuestra parte racional abandona nuestro inconsciente y actúan por separado, empiezan a surgir dudas existenciales. Somos a veces dueños de nuestras acciones, pero nunca de nuestros pensamientos.

Despertar del sueño que ofrece el cristianismo genera dudas en el individuo, dudas que pueden llevar a la gente hacia ideologı́as simplistas que prometen un mundo feliz, pero que a menudo ocultan una realidad genocida.

La Biblia, en su complejidad y profundidad, se nos escapa de la comprensión. Es un pozo sin fondo, un enigma que nunca podremos resolver por completo.

Pero,
¿no es este mayor motivo para aventurarte a leerla? Es un juego que no tiene fin y el aprendizaje que puedes obtener leyendo las páginas que han fundado la sociedad en la que vives son incontables y siempre lo van a ser.

No importa cuánto intentes entenderla, siempre habmás para descubrir, más para aprender. Como el Infierno, es un pozo sin fondo, pero también es un cielo lleno de estrellas, cada una representando una idea, una historia, una lección.

La Biblia, en su esencia, es un espejo de nosotros mismos, de nuestras luchas y triunfos, de nuestras dudas y certezas, de nuestro amor y odio. Es un reflejo de la dualidad de la humanidad, de la esclavitud y la libertad, del bien y del mal. Y aunque puede ser un desafı́o enfrentar estas verdades, también es una oportunidad para crecer, para evolucionar, para convertirnos en mejores versiones de nosotros mismos.

Al final del dı́a, la Biblia no es solo un libro. Es un viaje, una aventura, una exploración de la esencia misma de la humanidad.

Y ese, querido lector, es el mayor motivo para aventurarte a leerla. Porque en sus páginas encontrarás no solo las respuestas a tus preguntas, sino también las preguntas a tus respuestas. Encontrarás no solo la sabidurı́a de las edades, sino también la sabidurı́a de tu propio corazón. Y en ese viaje, en esa búsqueda, te encontrarás a ti mismo. Y eso, al final del dı́a, es lo que importa.

Ası́ que, coge ese viejo libro, siente el crujir de sus páginas, el olor a historia y sabidurı́a que emana de él.

Embárcate en ese viaje, en ese duelo con la humanidad. Porque, al final del dı́a, no es solo un libro. Es un espejo, un mapa, un descrubrimiento . Es la Biblia.

Y esesperando a que la descubras.

Atrévete a dudar.

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