En la infancia, la inocencia nos permite creer en lo inverosı́mil, en lo mágico . Creı́a en Dios y en el cristianismo, y esos pilares de fe me proporcionaron v alores que se convirtieron en la esencia de mi ser. Pero,
¿qué sucede cuando esos pilares se desmoronan?

¿Qué ocurre cuando el cristianismo se convierte en un cuento chino, en una historia sin sentido?

La juventud, esa etapa de exploración y rebeldı́a, me llevó por caminos que contradecı́an esos valores cristianos. La fiesta, las drogas y, sobre todo, el narcisismo se convirtió en mi pan de cada dı́a. ¿Te suena familiar?
¿Has vivido esa etapa de contradicciones y desafı́os a las creencias estableci das?

Como muchos jóvenes, llegué a pensar que el cristianismo era una forma an ticuada de explicar la ciencia, una manera de llenar los vacı́os de nuestro entendimiento con mitos y leyendas. Pero, ¿es esto realmente cierto?
¿Es la religión simplemente un intento de dar sentido a lo desconocido?

Necesitaba ver para creer. Como la gravedad, que sabemos que existe porque vemos caer la manzana. Pero, ¿qué pasa si no podemos ver a Dios?

Un dı́a,para ser más exactos, el 20 de marzo de 2020, me encontré con las lecturas de Jordan Peterson sobre la Biblia. Fue un momento de revelación, un instante en el que la verdadera esencia de mi ser se manifestó .

Aprendı́ muchas cosas de Peterson, pero quizás la más importante fue una nueva comprensión de la fe. Antes pensaba que era un invento cristiano para controlar a las masas. Ahora entiendo que la fe es nuestra esencia, seas cristiano o no.

El tema de la fe es algo en lo que he estado pensando durante meses. La gente suele preguntarme si creo en Dios. Mi respuesta solı́a ser y sigue siendolo que no lo sabı́a, solo sabı́a que el cristianismo me llamaba mucho la atención. Me sentı́a toltamente atraı́do a pesar de que no podı́a dar una explicación racional al motivo.

Jordan Peterson me enseñó que la fe no es simplemente afirmar que crees e n una persona celestial que castiga o controla. La fe es la manera en la que a ctúas, la representación de tu persona en tu vida es la fe.

Retrocedamos unos siglos, a la Edad Media. La gente actuaba de acuerdo con la existencia de un cielo azul y un infierno de fuego. Tenı́an una fórmula religiosa para todas las cosas del alma.
¿No es acaso esto una manifestación de fe? Pero entonces, Nietzsche nos advirtió : «Dios ha muerto». ¿Qué significa esto para nuestra fe?

Nietzsche creı́a que la humanidad tendrı́a que crear un sistema de valores. Pero,
¿somos realmente capaces de crear un sistema de valores que gobierne nuestro Ser a lo largo del tiempo?

Sin embargo, si no eres capaz de ponerte a estudiar, recoger la habitación o leer un libro,¿qué te hace pensar que puedes crear un sistema de valores que te gobierne y te guie?
¿No es acaso esto tan surrealista como pedirte que subas el monte Everest sin saber caminar?

La crisis causada por la muerte de Dios provocó la aparición de las ideologı́as en el siglo XIX.

Por lo que a mi me respecta, no son más que parásitos que te quitan la responsabilidad de pensar y, por tanto, tu libertad más fundamental.

Estas nuevas religiones se sostienen peor que una mesa de tres patas ya que el problema es mucho más complicado.

El problema es que el mero hecho de decir que crees en la ideologı́a no es suficiente. La palabra no se transforma en acción inmediatamente. Es la voluntad donde se muestra fe y la que transforma la palabra en acción. Necesitamos creer por voluntad propia, no por unas palabras ajenas dictadas por la ideologı́a de turno. Esa voluntad se construye conociéndose a uno mismo a través del conocimiento y la sabidurı́a.

Y el pilar para esa construcción de tu voluntad no es otra que la fe. Algo que le tienen pánico todas las ideologı́as por un simple motivo: No puedes controlar la fe en base al pensamiento racional del cual emana cualquier ideologı́a.

La fe: no es en absoluto la voluntad de creer cosas que sabes perfectamente bien que son falsas. La fe no es la creencia infantil en la magia. Eso es ignorancia o incluso ceguera deliberada. En cambio, es la comprensión de que las trágicas irracionalidades de la vida deben ser contrarrestadas por un compromiso igualmente irracional con la bondad esencial del Ser.