Una silla poco real
Es posible que esta historia te resuene, que hayas navegado por esta tempestad de deslealtad. No apartes esa memoria, ese sabor amargo de la traición. Con ella en mente, reflexiona sobre lo que vendrá a continuación.
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Es posible que esta historia te resuene, que hayas navegado por esta tempestad de deslealtad. No apartes esa memoria, ese sabor amargo de la traición. Con ella en mente, reflexiona sobre lo que vendrá a continuación.
No es una de esas historias que te cuentan para dormir, sino una que te mantiene despierto, con los ojos bien abiertos, preguntándote si alguna vez fuiste realmente libre.
¿Podrı́a ser, acaso, simple coincidencia que aquel destinado a liberar el mundo de su sufrimiento, tuviera la más amarga de las crucifixiones, y padeciera una tortura sin igual?
Sin embargo, en lugar de cuestionar sus propias convicciones, optaron por a brazar sus pensamientos como si fueran verdades incuestionables, y sus soluciones, como si fueran las únicas posibles.
Carl Jung los denomina arquetipos. Cosas como el amor, el odio, la muerte o el renacimiento son pequeñas manifestaciones de los arquetipos.
El monstruo me visitó y me dejó tendido en la desolada tierra de los hospitales. Solo fue la bienvenida a un infierno que duró dos años y veintiocho días.
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